GASTRONOMIA/ UN RESTAURANTE ASTURIANO EN MADRID .-

 

La Cocina Asturiana tiene muchas ventanas abiertas en la Capital de España, con mayor o menor acierto la importancia, tradición, calidad, variedad y hasta la innovación asturiana se encuentra por diversas calles y lugares, negocios diversos que algunas veces producen situaciones tan extrañas que apetece mirar para otro lado y salir huyendo. Un Restaurante asturiano por el mundo es siempre una ventana abierta a la realidad del Principado de Asturias, creo que nunca se debería de permitir utilizar el nombre de Cocina Asturiana sinó se cumplieran unos requisitos mínimos, pero elementales de responder a lo que se anuncia, Cocina asturiana, no es una denominación más, quizás se ncesita un poco más de orden y respeto.

Para mi por muchos motivos uno de los lugares más importantes e inolvidables en Madrid será siempre el Restaurante Luarqués, excepcional y cuidada Casa de Comidas con un sensacional Menú del Dia, asturiano, casero y abundante, en donde todo estaba bien excepto las colas que cada dia se organizan u organizaban a la puerta del establecimiento para los almuerzos. El restaurante bien situado, en una calle muy próxima al Congreso de los Diputados, antiguas Cortes Españolas, era lugar de reunión y cita, hace años no resultaba extraño observar en las colas al mismo Emilio Alarcos, Académico de la Lengua acompañado de otros Ilustres personajes. El restaurante era una importante ventana de promoción turística de Asturias.

Los tiempos cambian, todo evoluciona y la vida sigue su marcha.....no se sabe hacia donde, pero algunas veces hasta se acierta, y así ha sucedido hace unos dias en que unos amigos me habían propuesto ir a almorzar a un Restaurante asturiano en Madrid. Mi respuesta es que mejor no, porque prefería tener el dia en paz, al no conocer el lugar y no saber con que te vas a encontrar es preferible acudir a cualquiera de los muchos restaurantes interesantes de la Capital de España, por ejemplo Viridiana a donde tengo prometida una visita y siempre se altera por circunstancias, que me impiden saludar a mi amigo, cofrade y propietario.

La propuesta- invitación era para el restaurante El Oso, situado en la carretera de Burgos,nº 214, y ante la insistencia, reiterada y obsesiva, hacía allá nos dirigimos.

SORPRESA, debo de reconocer la agradable impresión que se recibe desde la llegada, se trata de un antiguo restaurante de la decada de los setenta, el restaurante Bilibio propiedad de un grupo de asturianos y en donde tenía su sede el Club del Vino de España, más adelante se había convertido en una famosa Venta, de moda en Madrid por los años ochenta, con ambiente taurino y flamenco allí iba la jet madrileña a cantar y bailar hasta la madrugada, después fué adquirido el negocio por un constructor asturiano con la ayuda de Fernando Martin lo vuelven a sus inicios gastronómicoshabían intentado un nuevo desarrollo gastronómico, aunque con poco éxito antes de marchar para El Higuerón de Marbella, ahora desde el año 1995 lo regenta una familia de astures- madrileños que han conseguido acertar en el envite y orientar el restaurante por el camino del éxito.

En Madrid trabaja un decorador de interiores, Agustin Granel, que tiene en su haber vaios éxitos en la preparación artística y conceptual de negocios, él con la ayuda e instrucciones de la familia propietaria ha sido el responsable de conseguir el efecto "asturiano" del Restaurante, que verdaderamente lo ha conseguido con elegancia y estilo, con el "glamour" necesario para convertirse en lugar de referencia de Asturias en Madrid. Ceramicas, libros, cuadros, recuerdos de indianos, todo recuerda al Principado. Lugar de grandes dimensiones con varios salones, incluso uno reproduce varias pinturas de San Julián de los Prados, otro entre botellas de sidra, mapas y planos de la región, etc. etc.

Restaurante de cocina tradicional su oferta es seria y reprentativa, sin alardes ni modernidades, entre otras especialidades en nuestro dia se ofrecian además de una agradable fabada ( probada por curiosidad aunque era una cena), verdinas con cocochas, arroz con calamares, albóndigas, pixín, merluza a la sidra, y un excelente chuletón de carne roja asturiana.....un buen surtido de quesos asturianos, en buen estado de conservación y temperatura, embutidos de la región y otros de buena firma ibérica, como curiosidad aunque agotado en nuestro dia era el bonito en rollo que se ofrecía y de escasa localización en Madrid, los postres todos asturianos y muy populares, hemos probado una crema de manzanas excelente, un buen arroz con leche, tarta de queso, además de frisuelos y borrachines.

Como eran bastantes casualidades hemos intentado conocer y saludar al propietario, en éste caso propietaria, pués se trata de una señora, Maria de Lorenzo, que a los pocos minutos se nos ha presentado y con la que hemos hablado un rato de la estructura del Restaurante. La propietaria viaja dos veces al mes a Asturias a provisionarse de articulos frescos y tiene buenos proveedores asturianos que la abastecen de sus necesidades inmediatas, semanal o diariamente según producto y demanda, conoce bien nuestra tierra, sus recetas, costumbres y tradiciones, incluso con el patrocinio del Club Asturiano de Gastronomía de Madrid y la colaboración de Cristina Comenge ha publicado en Ediciones Nobel el libro "La cocina familiar asturiana".

La selección de vinos, con casi un centenar de referencias, incluye los más representativos de España y cuida con detalle la relación calidad- precio, no quiere vinos demasiado caros. Los vinos se sitúan en una cava acristalada y climatizada a la vista desde uno de los salones. Nueva sorpresa es el apartado de Sidras, pués además de conservar en su última reforma las colecciones de botellas antiguas, para degusatar dispone de sidra natural a buena temperatura y las nuevas sidras asturianas, incluida de la denominada de "Nueva expresión" que se ofrece en los comedores con esos "chirimbolos" modernos que facilitan el escanciado y también se pueden adquirir en la tienda asturiana, situada en un lateral cerca de la puerta de acceso, allí también venden quesos, embutidos, fabes y varios otros productos regionales.

Una agradable experiencia, siempre se aprende y existe la posibilidad de encontrar lugares que recuerden lo mejor de nuestra Tierra, que una vez mas demuestra que tenemos de todo pero que lo vendemos muy mal. Volveremos, Maria.